Desde hace dos largas semanas, tenemos la evidencia de que el mundo, nuestro mundo, al que estábamos acostumbrados, se ha trasformado. Ha cambiado la manera de relacionarnos, ha cambiado el espacio físico en el que nos movemos, ha cambiado nuestra mirada sobre lo que nos rodea, han cambiado nuestras prioridades. Lo que antes dábamos por supuesto, hoy necesita decirse, y lo que agradecíamos en silencio, hoy necesitamos expresarlo, aplaudirlo y reconocerlo.
Tú, que trabajas como educador, personal de administración y servicios, técnico informático… en cualquiera de nuestras obras educativas, tú, que como familia has elegido La Salle para la formación y el crecimiento de tus hijos, tú que, como alumno, llenas cada día nuestras aulas y das sentido a nuestra labor, tú haces La Salle y eres parte de la comunidad que ha permitido que este gran proyecto siga vivo más de trescientos años, y sin ti, tu esfuerzo, tu compromiso, tu generosidad, tu innovación, tu entrega, tu tiempo, tu implicación, tu confianza, tu respeto y tu actitud positiva ni ayer, ni hoy, sería posible.