Como los grandes partidos vienen precedidos de concentración, también nosotros nos concentramos la tarde del domingo, 15 de octubre, para iniciar nuestro peregrinaje con una sentida eucaristía.
Si el CEL es un caramelo, la peregrinación lasaliana es un auténtico bombón. Con esa ilusión la iniciábamos todos el lunes, día 16. Su primera etapa era de Madrid a Irún… Muchos kilómetros para ir rodándonos, pero los fuimos superando sin problema. La parada clave y más larga fue en San Asensio. La atención por parte de los Hermanos fue exquisita, y la comida, ¡no digamos! El Hno. José Ángel revivió viejos tiempos explicándonos el monasterio (antiguo noviciado), el palacio -precioso-, actual residencia de Hermanos mayores y la bodega (sala de los peregrinos). Muchos aprovecharon para llevar el buen vino “Dominio de La Salle”.