El pasado sábado 11 de febrero, la parroquia de San Cristóbal de Premià de Mar celebró la festividad del Santo Hermano Miquel Febres Cordero, un educador de Ecuador que conoció el azul del mar de la localidad catalana.

Pero todos los niños y jóvenes que conocieron al Hermano descubrieron un gran mar, una inmensidad de trabajo, de amor y entrega a la formación humana y cristiana. Y el mar es azul, el color de la presencia de Dios en medio de la humanidad.

A la celebración asistió una representación de los Hermanos de La Salle y el Equipo Directivo del centro La Salle Premià.

En la homilía, el rector de la parroquia recordó el discurso del papa Francisco en una audiencia reciente a sacerdotes dedicados a la pastoral juvenil, donde dijo que la educación cristiana debe respetar los ritmos de cada persona, no debe mezclarse con ningún tipo de ideología, no debe imponer nada, solo presentar y proponer, hay que dar importancia a la relación abuelos-jóvenes para transmitir sabiduría y experiencia y por último saberse confiados y acompañados por la Madre de Dios. Puntos muy importantes en la misión de todo educador cristiano.

En la capilla lateral ,dedicada a San Miquel Febres, se hizo una exposición de materiales, libros, escritos y fotos del Santo.bEl acto concluyó con una recepción en los locales parroquiales, donde la sala destinada a la catequesis lleva el nombre de sala “Germà Miquel”.