Y el regalo se comienza a abrir. Esta ha sido la actitud con la que la Comunidad CEL ha iniciado su andadura 2024. Los participantes y los animadores nos encontrábamos por primera vez el lunes 2 de septiembre, en la cara de todos se descubría la ilusión de quien empieza una gran experiencia. 

El regalo estaba delante, todavía envuelto, pero con solo un vistazo, ya se podía intuir que el contenido del mismo era de una gran riqueza. El papel que envolvía el tan valorado presente estaba formado por las miradas y sonrisas de los once Hermanos, Hermanas y seglares que durante tres meses vamos a compartir vida, también se vislumbraba un interesante programa formativo, variado y rico en temáticas, experiencias y encuentros, y por supuesto no podía faltar, una calurosa y lasaliana acogida por parte de la Comunidad del Centro Arlep y el Equipo de Animación Distrital (EAD). 

Así que, ansiosos por descubrir el regalo, esta primera semana nos ha servido para quitar el hermoso papel que lo envuelve y que así a lo largo de las semanas que nos esperan vayamos abriendo la caja y saboreando todo lo que en ella nos aguarda. 

Los primeros días nos han servido para conocernos un poco más, para saber de la historia, las circunstancias personales de cada uno de nosotros. Lasalianos en activo en diversas misiones, Hermanos recién jubilados que, sin embargo, no abandonan la misión lasaliana, padres primerizos, madres y padres expertos, solteros… un grupo fiel reflejo de La Salle, diverso pero unido y comprometido siempre con la misión. Juntos, también, hemos elaborado el Proyecto Comunitario en el que hemos concretado lo que queremos ser y vivir.

Y casi sin darnos cuenta empezamos ya con el contenido del programa. La importancia del “acompañamiento personal” fue el primer elemento de reflexión, para después profundizar en la importancia de la mirada, tuvimos la oportunidad de vivir un paseo contemplativo por las calles y parques de Madrid. Y tras esta breve, pero intensa preparación, nos tocó acércanos a aquel que nos ha reunido y da sentido a nuestras vidas, Jesús.

No han faltado los paseos, las charlas, los aperitivos y todos esos momentos que enriquecen y que hacen de la experiencia CEL algo verdaderamente bonito que toca lo más hondo de nuestras personas. Uno de los momentos más bonitos fue el encuentro con la Comunidad del Centro Arlep y el EAD, que nos hicieron sentirnos todavía más en casa.

Por delante quedan ahora semanas intensas para terminar de abrir y sobre todo disfrutar de este gran regalo que La Salle nos está haciendo. Esperamos saber aprovecharlo y valorarlo como toca.