Hemos realizado un vuelo de 504 horas que ha cambiado nuestras vidas, nuestra misión y la manera de vivir nuestra vocación. Hubo un poco de vértigo al inicio del viaje, por la incertidumbre que se mezclaba con la ilusión de una experiencia que sabíamos sería retadora y exigente; teníamos nuestras maletas/mochilas bien puestas, unos con más o menos horas de vuelo pero todos con grandes expectativas de formación.

El primer tramo del viaje fue virtual, no por esto menos exigente, al contrario marcó el ritmo de trabajo y la invitación a ser nosotros mismos, a vivir desde una humanidad compartida para inspirarnos a vivir una humanidad más plena. Cada día crecía la expectativa de conocernos de manera presencial hasta que llegó el día en que nos ubicamos en el Km. 0 y qué más decir… el viaje fue alucinante, cada día que pasaba era más “chévere” que el anterior, porque íbamos aprendiendo y conociéndonos más, entregando la mejor versión de nosotros mismos, formamos una comunidad que ora, canta, aprende, comparte, debate, opina, camina, pasea, se compromete, juega, que disfruta de compartir, era nuestro estilo de vida que se hacía más humano para servir, para vivir nuestra misión educativa lasaliana innovadora desde la calidad.

Aprendimos a mirar bien con el corazón, treinta voces unidas en un canon que expresaba una plegaria que a dos voces llegaba al cielo y a la tierra, allí donde los sueños tienen alas.

El aterrizaje fue forzoso, con lágrimas en el corazón y la añoranza de algún día volvernos a encontrar, aunque sabemos que no va a ser igual, estaremos más maduros en nuestra formación como directivos, poniendo en práctica aquellos retos de liderazgo que aprendimos, cuidándonos a nosotros mismos y haciendo gala de nuestras habilidades comunicativas, con más formación legal, contable y administrativa, pero sobre todo cumpliendo los compromisos que nos llevamos en el corazón cuando cruzamos la línea imaginaria al futuro en el que fuimos nombrados “Caballeros del liderazgo”. ¡Qué aventura! ¡Qué viaje! ¡Qué aprendizajes!

Así quedó consolidada la "Novena Promoción de Directivos Griñón 2023". Gracias a toda la tripulación, un lujo compartir y aprender de ustedes, excelentes compañeros de camino, que en cada oración, clase, comida, cine, paseo o celebración estuvieron atentos a acogernos y a apostar por nosotros, que podíamos hacer de nuestros proyectos personales un proyecto global, lasaliano y evangelizador, desde el lugar en que nos encontremos.

Gracias familia, nos llevamos en el corazón que: ¡Juntos… juntos mejor!

* Testimonio de Gladys Maguiña (IX Edición Programa Directivos La Salle)