Una fortuna, un regalo… Por segunda vez en dos meses el reencuentro, la cercanía real, física, los añorados abrazos, gestos, los tonos y las voces. Así empezó el día el pasado 8 de Junio para el equipo NCA Arlep.

Con la intensidad que nos caracteriza, una frase de acogida para estimular el espíritu:

“Una tradición está muerta si no logramos actualizarla y reinterpretarla con las nuevas realidades y en desafiantes lugares”.

Y sentimos de nuevo que a eso estamos llamados, el desafío nos sigue acompañando. El desafío que se proyecta en avanzar en la construcción del modelo NCA en FPB, CCFF y Bachillerato, todo un reto para el pensamiento compartido y la regulación emocional que requiere aprender desde las dudas y dificultades que tanto ayudan a avanzar.

Junto a la reflexión, compartimos la buena noticia que supone ver el progreso de las etapas que están ya en otras fases de desarrollo: una Secundaria que continúa mostrando todo su potencial, una Infantil y Primaria que son ya vida en las aulas de muchos de nuestros coles en el distrito.

Y llega el momento de la convivencia, el esperado paseo, la entrañable conversación, con esa mezcla personal y profesional que significa compartir vocación. Un momento acompañado por una cerveza bien fría (estábamos en Madrid…) ¡y unos buenos torreznos!, símbolo indiscutible del ocio de este equipo.

Estamos en un momento en el que las necesidades de gestión, organización, soportes para continuar acompañando el despliegue, cobra unas dimensiones que muchas veces se nos antojan inalcanzables. Pero ahí brota de nuevo la fuerza del equipo, mucho más que la suma de sus partes. Brota una energía que sale de lo más profundo de todas y cada una de las personas, las presentes y las que, sin estarlo, se reflejan en procesos, productos y resultados. Y lo que es aún más importante, se perciben en la ilusión, la confianza y la fe en una gran misión compartida. Y de telón de fondo, la Fe en Quien ilumina nuestro camino.

De la mano de Pau Donés y Toni Mateos, uno de sus baterías, saludamos a la Vida, a “eso que tú me das…” su mensaje entró en nuestro interior, abrió nuestra mente, activando nuestros sentidos y un sentimiento común: el agradecimiento.

Con este preludio continuamos el trabajo: otros equipos haciendo camino, la puesta en marcha de la investigación, la presentación del proyecto en sociedad, la formación que se avecina como buen final de todo curso que se precie…, y eneceando, eneceando… el encuentro se acaba.

Y llega el momento de la despedida con la mochila cargada de nuevos encuentros, videoconferencias, tareas,… que garantizan la conexión y cohesión del equipo. Aunque la garantía de continuidad está en las caras de las comunidades educativas que pixelan en nuestra mente el auténtico logo NCA.