Con ilusión renovada acudimos a la cita de otoño del equipo NCA Arlep. Van cayendo las hojas y los días y vamos preparando el terreno para enraizar la experiencia una vez que se acercan los meses y los tiempos fríos… Disfrutando del calor del hogar, de la familia ampliada y de la conciencia de grupo que nos alienta y anima ante las dificultades, comenzábamos nuestras intensas jornadas poniendo nuestro trabajo en las manos del Padre Dios. Él acoge nuestra sencillez y plenifica nuestra tarea, estamos convencidos.

El despegue del proyecto en muchos centros lasalianos a lo largo y ancho de toda la geografía española, ya es una realidad durante el presente curso. Durante estos días de trabajo hemos repasado multitud de detalles y realizado no menos previsiones.

NCA es un intenso presente, concretado ya en muchos niños y niñas de Educación Infantil que han comenzado a vivir un nuevo contexto escolar centrado en el aprendizaje. Entornos internivel, talleres, proyectos… mucha ilusión para los niños. Mucha. Y una invitación vocacional para los adultos: otra manera de acercarnos a los niños, esforzarnos por ponernos a su nivel en una relación necesariamente asimétrica.

El 20/21 es testigo privilegiado del segundo aniversario de Educación Primaria en formato NCA. En algunos centros con experiencias parciales, en otros bailando ya en toda la etapa con el nuevo ritmo escolar. Buena, muy buena sensación entre los niños. La escuela se les hace más y más apetecible. Más y más amigable. Más. Y, ¿cómo no?, una mirada crítica a nuestros procesos de gestión: tiempos, materiales, previsiones… esos aspectos de la organización que necesitamos acompasar con la valía del proyecto para que no se desmerezca.

En ciernes se abre otro horizonte, la Secundaria. Ya se está presentando a jefes de estudio y directores, equipos de animación de los sectores, equipos de contextualización a las realidades locales. Material preparado para comenzar ya con 1º. Ahora a concretar lo universal del proyecto en las peculiaridades locales. Una segunda fase para que podamos atender a lo particular y diverso sintiendo que estamos viviendo un proyecto común. De todos y para todos.

Y tres equipos más dibujando el sueño para los más mayores. Tres equipos con la encomienda de poner el sello NCA en FP Básica, Ciclos y Bachillerato. De nuevo el reto, la ilusión y el esfuerzo por dar forma al proyecto en el contexto de los jóvenes. Intensos debates para que la forma no nos haga perder la esencia. Múltiples miradas para no dejarnos nada en el tintero: alumnos, legislación, pastoral, principios pedagógicos, ámbitos,... Y un convencimiento, es posible. Juntos es posible.

Por cierto a la universidad ya hemos llegado, el Campus de Barcelona y de Madrid ya están trabajando en formato NCA. También son La Salle y también son NCA.

A la intensidad del trabajo de los días hemos añadido la intensidad de la vida compartida con Javier Herrero, que sin poder estar, estuvo muy presente. Está. ¡Qué alegría sentirnos juntos en el camino! Esta es la experiencia NCA: contagiar, reconocer el valor de la vida y el valor de las personas, tomar conciencia de que estamos unidos en la distancia y dar valor al sentido de pertenencia.

Seguiremos viviendo con gratitud y responsabilidad estos tiempos tan convulsos que nos toca vivir: proponiendo, construyendo, disfrutando. ¿Qué más se puede pedir? ¡Estar juntos, en el sueño!