CEL 2018 - Crónica de la octava semana de convivencia - Peregrinación
Continuamos nuestra peregrinación en Reims con una oración en el albergue donde nos alojamos para continuar horas de viaje hasta llegar a Parmenia. El buen tiempo nos sigue acompañando. La llegada fue un poco ajetreada, los cortes de carretera debido a las obras hicieron de las suyas, pero preguntando encontramos caminos alternativos. ¡¡¡Por fin nuestra ansiada Parmenia, tantas veces soñada e idealizada!!! La comunidad nos acoge con cariño y mimo de familia para la cena compartida. Finalizamos el día con una eucaristía en la capilla.
El martes, después de desayunar visitamos la casa escuchando las historias vividas hasta llegar a nuestros días: el aljibe, la tumba de sor Luisa y el Hermano Leo Burkhard…. al terminar nos juntamos en la capilla para la oración y a continuación de unas indicaciones del Hermano José Ángel dimos inicio al día de retiro. El sol lucía espléndido, la naturaleza era un auténtico icono de la presencia de Dios que invitaba a pasearse saboreando cada instante. Dispusimos de dos documentos para leer y rumiar ¿Qué pasó en Parmenia? del Hermano Josean Villalabeitia y Parmenia 1714 del Hermano Antonio Botana. Así, lentamente y con una inmensa paz interior fue discurriendo el día entre soledades y ratos de compañía, oración y lectura. Antes de la cena celebramos la eucaristía y después de la cena nos juntamos en la capilla para compartir lo vivido…¡¡¡UN DON DE DIOS INMENSO!!!
El miércoles salimos para visitar Grenoble donde De La Salle dio clase, poco tiempo, pero intenso. Visitamos el museo arqueológico de la ciudad en la plaza de Saint Laurent, al pie de la Bastilla en la orilla derecha del Isère en donde el Fundador celebró la eucaristía el tiempo que estuvo allí. Por la tarde visitamos la Grand Chartreuse, casa madre y principal monasterio de la Orden de los Cartujos: de acuerdo con la regla de los cartujos, que cuida la soledad de los monjes, el monasterio no se puede visitar. Para suplir esto, comenzamos por visitar en la Corriere, a unos dos kilómetros de distancia, el Museo de la Gran Cartuja para, a continuación iniciar un camino de subida para ver desde lo alto el impresionante conjunto de edificios que constituyen la Gran Cartuja. Quedamos todos impresionados por la vida y la espiritualidad cartujana así como por el paisaje montañoso repleto de tonalidades de otoño.
Por la noche la eucaristía del envío en la que se nos entregó una postal del Cristo de Parmenia con una oración. La semana va cayendo anticipándonos que la peregrinación está próxima a terminar.
El jueves 25 iniciamos ya el regreso a España, no sin cierta melancolía por dejar Parmenia y porque amanecimos con una densa niebla que al descender al valle se disipó anunciando otra jornada de buen tiempo. Nos despedimos de la comunidad agradeciendo lo vivido y la acogida cariñosa y trufada de atenciones y muchos mimos. Viajamos hasta San Marti de Sesgueioles donde llegamos para la cena. De nuevo la comunidad de Hermanos nos recibe y acoge. Después de cenar nos acompaña el Hermano Josep Guiteras y nos muestra una presentación con la historia del lugar que nos acogía: una casa de espiritualidad y de encuentro con muchas actividades.
Después de un descanso reparador comenzamos el último día de la peregrinación con una sentida eucaristía en la cripta de los mártires. Emprendimos, a continuación, el camino hacia Zaragoza para visitar la Basílica de El Pilar y, casualidades de la vida, la Virgen tenía el manto de La Salle. ¡Vamos! No cabíamos en sí de orgullo lasaliano. Nos acercamos al colegio La Salle Montemolín para comer en familia una espectacular paella. En la sobremesa hicimos expreso nuestro agradecimiento a las personas que hicieron posible que pudiésemos vivir la peregrinación mediante la entrega de unos obsequios cargados del cariño y los aplausos de todos: al Hermano Joaquín que con sus relatos nos hizo posible trasladarnos a los tiempos del fundador, a Rodolfo que presidió nuestras celebraciones eucarísticas y estuvo siempre disponible para momentos de encuentro y acompañamiento personal, a la comunidad de Hermanos que nos han hecho sentir como en casa siempre, a José Luís y su mujer Pepi, guiando a buen puerto y con prudencia el autobús y a la directora del colegio La Salle Montemolín; luego en la sala de comunidad nos obsequiaron con unos dulces y algún que otro “digestivo”. De nuevo iniciamos viaje de regreso ya a Marqués de Mondéjar que nos recibió lloviendo ya a la entrada de la comunidad de Madrid. Finaliza así una experiencia riquísima para toda la comunidad del CEL donde pudimos acercarnos a nuestras raíces y hacer JUNTOS el itinerario de nuestro Fundador, caminar por sus caminos y soñar nuevos itinerarios en fidelidad creativa en el 300 aniversario. ¡SAN JUAN BAUTISTA DE LA SALLE, ruega por nosotros! ¡VIVA JESÚS EN NUESTROS CORAZONES! ¡¡¡por siempre!!!
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Creado: 05 Noviembre 2018
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Última actualización: 05 Noviembre 2018
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