A lo largo de esta semana, tuvimos la posibilidad de comenzar a conocer mucho más sobre el itinerario de vida y lo que ello implicó en nuestro Fundador, San Juan Bautista de La Salle. También tuvimos la oportunidad de escuchar al Hermano José Román Pérez, Visitador Titular del Distrito ARLEP, que nos presentó la realidad del Distrito.

El Hermano Jon Lezamiz fue el encargado de compartir sus conocimientos con nosotros, y realmente hemos tenido una intensa semana de aprendizaje sobre el contexto histórico en el que La Salle comienza su obra. Así como también, sobre momentos de su vida que marcaron un hito en la historia del Fundador.

Nos detuvimos a comparar las distintas biografías que se han publicado acerca de la vida de La Salle y hemos conocido los inicios de su decisión de formar escuelas para niños pobres, pero sobre todo, pudimos entender las razones por las cuales para él era tan importante formar maestros que hagan comunidad y entreguen su vida a la llamada de Dios como lo supo hacer él, en su tiempo.

Desde que el Hermano Jon nos propuso mirar al “hombre” que se escondía detrás del Santo, no hicimos más que seguir maravillándonos con su Misión, con su compromiso y entrega absoluta hacia lo que dedicó su vida, casi sin pensarlo…

Hemos compartido los momentos de crisis del Fundador, para poder entender desde qué lugar tomaba sus decisiones y así poder seguir interpelándonos en nuestra propia historia y en nuestros comienzos como educadores lasalianos.

Hicimos un recorrido visual sobre la ruta de sus días, los lugares más significativos de su historia y nos ha gustado mucho, leer y compartir las sensaciones que nos provocaron, las cartas que le enviaba a los Hermanos a lo largo de su vida.

Sin duda, detenernos en Parmenia y en su tiempo de discernimiento, nos hizo pensar en su fortaleza, en la fuerza que encontraba en Dios para discernir y seguir adelante a pesar de cualquier juicio o imposición de la Iglesia.

No podemos dejar de decir lo fundamental que fue para La Salle fundar escuelas y comunidades de maestros que se caractericen por ser un grupo “humano” y que sus escuelas y maestros enseñaban para la vida…

También pudimos conocer con mayor profundidad a aquellos Hermanos y personas que fueron tan importantes en la vida de La Salle y sin embargo, no son tan reconocidos en la historia como por ejemplo, el Hermano Gabriel Drolin, Sor Luisa, el Hermano Bartolomé, entre otros…

Esto nos hace reflexionar sobre nuestras escuelas, lo que en ellas ofrecemos y la enorme responsabilidad y tarea que nos desafía y es que siga vivo ese Espíritu que el Fundador supo dejarnos.

También pudimos hacer muchas preguntas al Hermano Jon, que estaban fuera del programa, pero nos daban una linda intriga sobre la vida del Fundador.

En los momentos de descanso, aprovechamos a distendernos, a jugar al ping-pong, a mirar nuestra tradicional película de los jueves, a caminar y tomar aire fresco.

Un gran grupo de compañeros, asistió a la Comunidad de San Egidio para compartir la Palabra de Dios y luego salir a llevar esa palabra y un plato de comida a los amigos de la calle.

Continuamos con nuestras reflexiones y oraciones diarias que vamos preparando en grupos y nos ayudan a rezar.

Esta semana ha sido muy intensa de reflexión y nos animó aún más, para continuar preparándonos para la peregrinación lasaliana por Francia que ya se acerca.

Finalizamos este módulo con una hermosa celebración a cargo del Hermano Jon Lezamiz, en la cual reflejamos entre todos las palabras que considerábamos más importantes para definir a La Salle, fue un hermoso momento comunitario y lo cerramos cantando todos juntos “Todo va a ir bien”.

Esta semana nos animó a seguir pensándonos como educadores Lasalianos y seguimos viviendo en Comunidad, estos espacios que nos fortalecen cada día.