CEL 2018 - Crónica de la tercera semana de convivencia en la sede del Distrito Arlep
Iniciamos nuestra tercera semana del CEL. Ya vamos poniendo nombres propios a los que hasta hace una semana todavía confundíamos. Nueva semana, contenidos nuevos, ponentes nuevos y expectativas nuevas. Se trata de repasar, descubrir novedades, reflexiones profundas sobre aspectos importantes de nuestra fe: del Jesús histórico al Cristo de la fe y el Dios de Jesús que nos muestran los evangelios. Para ello contamos con Chema Pérez Soba y Silvia Martínez Cano, un matrimonio de carisma marista y con el Hermano José Ángel Arrizabalaga, que nos han ido llevando en un viaje apasionante, a través de presentaciones, trabajo en grupos, cuchicheos, a conocer más de cerca la figura de Jesús y su experiencia íntima de Dios: nacimiento de Jesús, los milagros, la pasión por el Reino de Dios, muerte y resurrección.
Todo ello a través de un trabajo concienzudo de los textos de los evangelistas. Pudimos acercarnos a la humanidad de Jesús y al misterio de un Dios encarnado que habitó entre nosotros y que nos ama con locura especialmente a los más pobres y necesitados. Un Jesús que nos desafía hoy, aquí y ahora a seguir trabajando en la construcción del Reino que es “YA, PERO TODAVÍA NO”.
Entre medias de las diferentes sesiones de clase, la vida comunitaria discurre entre oraciones de la mañana y de la tarde que vamos preparando en grupos y celebraciones de eucaristía como la del martes 18 presidida por Carlos Jarque del movimiento ADSIS, en la que celebramos el ser comunidad y nos comprometimos con el proyecto comunitario elaborado la semana pasada, toda una experiencia de fraternidad, de Reino de Dios.
El miércoles 19, por la tarde, visitamos la comunidad de San Egidio. Una experiencia reveladora de que otro mundo es posible, de que el Reino está ya entre nosotros. Nos acogieron en la Iglesia de Nuestra Señora de las Maravillas donde tuvimos un primer momento de encuentro para compartir su identidad, su trabajo y los retos de futuro. A continuación, compartimos la oración para luego terminar acompañándolos en la visita a los amigos de la calle.
Otra experiencia de fraternidad que nos dejó un poso de alegría y agradecimiento por poder vivirla juntos, en comunidad. Entre medias de estos hitos, la comunidad va tejiéndose desde la oración de la mañana y de la tarde, la mesa compartida, los encuentros entorno a un café, las partidas, casi campeonatos, de ping-pong, los paseos nocturnos, el cine de los jueves…VIDA PARTIDA Y REPARTIDA.
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Creado: 01 Octubre 2018
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Última actualización: 01 Octubre 2018
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