Nuestra comunidad, formada por los trece participantes nuevos en el CEL y los cuatro Hermanos que nos animan y acompañan, José Ángel, Juan Antonio, Míkel y Jesús Miguel, ha vivido una bella segunda semana en un ambiente cercano, atento y agradable, donde los gestos para que cada uno se sienta a gusto son evidentes.

Hemos aumentado, como es normal, la intensidad de nuestro trabajo, con lo que estamos ya en el ritmo normal de lo que es el CEL como experiencia de comunidad en formación.

Y nuestro primer cometido, en la tarde del lunes, fue dar por aprobado el proyecto comunitario y lo que compete a la organización de responsabilidades personales y de las comisiones de oración y liturgia y vida comunitaria.

El Hno. Juan Antonio compartió con todos la experiencia personal vivida durante unos cinco meses con los HH. de Cuba y República Dominicana, pertenecientes al Distrito de Antillas - México Sur, en el final del curso pasado. Experiencia vivida desde la felicidad personal y el aporte de su riqueza personal compartida con los Hermanos, profesores y personas cercanas a la presencia lasaliana en estas islas. A todos nos ayudó a captar y sentir la universalidad de nuestro Instituto y su riqueza-pobreza, que hace brotar de nuestros labios “la mies es mucha y los operarios pocos”.

Los dos aportes de formación de esta semana son los que han ocupado mucho de nuestro tiempo. Uno de ellos ha sido “CLAVES PARA LEER HOY LA PALABRA DE DIOS DE MODO COMPRENSIVO”, impartido por el Hno. José Ángel Arrizabalaga. Todos hemos podido saborear conocimientos más o menos novedosos, según circunstancias personales, pero muy necesarios para nuestro caminar personal, comunitario y evangelizador. Hemos valorado el contenido como rico, amplio, necesario y estimulante.

El Hno. Esteban de Vega, con mucho horario de tarde, ha conseguido que el tema “PISTAS PARA LA ORACIÓN PERSONAL Y COMUNITARIA” nos haya hecho estar despiertos y con ese punto de atención de quien oye algo profundo, pero expresado con sencillez y desde la experiencia personal. Las pistas han sido múltiples y cada uno nos hemos visto estimulados a reconocer nuestra debilidad y a incrementar la importancia de la oración en nuestra vida. Seguro que el ambiente del CEL también nos va a ayudar.

Lo fraterno y celebrativo religioso, que se hace presente en el día a día, lo hemos destacado de manera particular en el encuentro de la comunidad de acogida del centro La Salle ARLEP, la de San Miguel (Equipo de Animación Distrital) y la del CEL, en la tarde del jueves. Nos unió el conocimiento de cada uno y el compartir la eucaristía y la mesa abundante.

CEL 2017