El lunes, 3 de octubre, comenzamos la quinta semana de nuestro CEL… Después de un fin de semana intenso nos fuimos juntando para comer. Los que aprovechamos el fin de semana para ir a ver a nuestras familias compartimos nuestras experiencias y los que se quedaron nos hablaron de su paso por la catedral de la Almudena y del intento fallido de ver la exposición sobre Caravaggio en el Palacio Real. También nos reencontramos en la comida con el H. Jon Lezámiz, con el que retomamos esa misma tarde el “Itinerario de San Juan Bautista de La Salle”.

Las mañanas y las tardes de formación con el H. Jon han sido gratas e intensas. Los que creíamos saber un poco de la vida del Fundador hemos descubierto que nos quedaba mucho por conocer. Jon, desde varias palabras clave y una multitud de datos, nos ha acercado a un hombre humano y santo. La vida de Juan Bautista de La Salle nos recuerda que cuando una vida, no exenta de dificultad, se deja conmover por el sufrimiento de los necesitados y permanece aferrada a la fe en el Dios de Jesús, el compromiso y la creatividad emergen para afianzar el Reino de Dios en este mundo tan necesitado. Aquella pequeña semilla de la escuela cristiana que nació hace tres siglos con un pequeño grupo de Hermanos, sigue hoy viva como un árbol frondoso por todo el mundo. El H. Jon marchó el viernes, pero nos dejó un buen número de carpetas y documentos para que sigamos reflexionando durante unas cuantas semanas. ¡Gracias Jon!

Y nuestra vida comunitaria sigue creciendo y fortaleciéndose. Prueba de ello son todas las actividades que compartimos durante la semana.
El lunes por la tarde Joaquín Muñoz, Francisco Palazón y el H. Joaquín Gimeno se acercaron hasta el noviciado para compartir con los novicios y Hermanos la oración y la cena.

Un grupo de nuestra comunidad, los miércoles por la tarde, seguimos acercándonos, todavía a pie, hasta la plaza del “Dos de mayo” para asistir a la oración de la Comunidad de San Egidio. Los salmos cantados, las letanías, el Evangelio compartido, los rostros de los que componen la comunidad se nos van haciendo ya familiares. El ambiente rezuma sencillez y fe. Terminada la oración les acompañamos en dos rutas para acercarnos a los necesitados de las zonas de Callao y Ópera. Un plato de sopa caliente, un bocadillo, un yogurt, una blusa o un pantalón, una palabra acertada, un beso o un abrazo es la forma de estar de la Comunidad de San Egidio entre los pobres. Conforme van pasando los días, lo que al principio podía parecer una presencia paternalista se va descubriendo como una presencia solidaria, callada y profunda, cristiana.

La Comunidad del CEL está viviendo una profunda experiencia orante. La oración de la mañana y de la tarde se hace experiencia de fe compartida y creatividad lasaliana. Los símbolos que nos han ayudado a orar han sido muy ricos: la semilla de mostaza, la maleta, el pan, el rosario, la mano del buen samaritano.
El jueves a medio día compartimos la eucaristía con el Padre Carlos de la Comunidad de ADSIS. Fue un momento para interiorizar en torno al pan y al vino todo lo que durante la semana hemos vivido. Por la tarde un buen grupo de celistas salieron a dar una vuelta por el Madrid de los Austrias. Emilio Sánchez, con la ayuda del humor tan peculiar de Suso Casal, nos fue acercando a plazas, palacios, conventos y esculturas. Y, como no podía ser de otro modo, terminamos con un buen bocadillo de calamares. Madrid es así: castizo y elegante. Siempre entrañable.

Y, finalmente, comentaros que durante esta semana hemos podido saludar y encontrarnos con muchos conocidos del Consejo de la Misión, de las ONGDs lasalinas y de la Subcomisión de Directores que han pasado por este Centro La Salle ARLEP.

CEL 2016