Una veintena de educadores de La Salle se forman en Sustrai y fortalecen lazos de comunidad
Escrito por ComunicaciónUn grupo de 21 docentes procedentes de diversos colegios La Salle de País Vasco, Zaragoza y La Rioja participaron, de la mano del Hermano José Ángel Múgica, en la formación Sustrai, un programa intensivo de cuatro semanas diseñado para profundizar en el proyecto educativo lasaliano.
Sustrai, que en euskera significa "raíz", simboliza la búsqueda de los orígenes y fundamentos de la institución. Durante cuatro semanas, el profesorado emprendió un viaje apasionante hacia el corazón del proyecto educativo lasaliano. Exploraron la vida y obra de san Juan Bautista de La Salle, fundador de la institución, y profundizaron en la historia y los valores que han moldeado la identidad de los colegios La Salle a lo largo de los siglos.
A lo largo de la formación, se reflexionó sobre la estructura, visión, misión y valores que definen el proyecto educativo lasaliano. Se analizó cómo esta estructura garantiza que todas las voces sean escuchadas y que todos se sientan una pieza importante del engranaje. De esta manera, se comprobó que cada uno, proveniente de diferentes centros, es como una semilla que ha germinado y que, en conjunto, forma parte de un árbol singular.
Además, se dedicó tiempo a reflexionar sobre el impacto social de la institución y el relevante papel en la transformación de la sociedad, descubriendo la importancia de educar la mirada, el corazón y el compromiso para poder responder a las situaciones de vulnerabilidad que existen. El rol de educadores trasciende la mera transmisión de conocimientos e implica acompañar a los estudiantes en su desarrollo integral.
Una de las experiencias más enriquecedoras de la formación fue la oportunidad de compartir grandes momentos con los Hermanos de La Salle. Estos encuentros permitieron conocer de cerca la vida y el carisma de los fundadores y reforzaron el sentido de pertenencia a la comunidad lasaliana. Después de las acogidas se vio la gran importancia que tiene la vida en comunidad y el valor de los vínculos fraternos en la construcción de un proyecto educativo sólido y transformador.
La última semana de la formación estuvo dedicada a una profunda reflexión sobre la misión docente de cada uno de los participantes y sobre su paso por La Salle. Cada uno se embarcó en un proyecto personal desde el que tejer un futuro ambicioso e inspirador en cada uno de nuestros hogares lasalianos. Pero, además, se emprendió un viaje común hacia un proyecto colectivo en el que se volcó lo mejor de los asistentes y se marcaron grandes objetivos. Este ejercicio permitió consolidar los aprendizajes adquiridos a lo largo del curso y reafirmar el compromiso con el proyecto educativo lasaliano.
A lo largo de la formación, los participantes realizaron visitas a diferentes centros educativos y obras socioeducativas de la institución en cada provincia, como Artizar, Elkarbanatuz y Adubir. Estas visitas abrieron la puerta de primera mano a la vida estudiantil, los proyectos educativos y la labor social que se lleva a cabo en cada uno de estos espacios. Al participar en las actividades del tiempo libre y en los proyectos sociales, se pudo conocer en primera persona el impacto positivo que tiene la misión lasaliana en todos los ámbitos de la vida de los jóvenes.
Sin embargo, la verdadera joya de la experiencia fue la formación de una pequeña familia. Cada semana se guardó un pequeño hueco para disfrutar del ocio juntos, visitando el entorno artístico, vinícola, y desde las inquietudes e intereses compartidos, el deporte o el cine. Gracias a la convivencia se vivieron grandes momentos juntos, dando paso, más allá de la formación, a compartir vivencias personales y colectivas. Se ha tenido la suerte de tejer lazos de amistad mágicos, aprendiendo y creciendo juntos, valorando la diversidad que cada uno ofrecía, generando espacios únicos y forjando relaciones de calidad.
Este tipo de oportunidades contribuyen a ampliar la visión, a entender cuáles son los lazos que unen, a intercambiar puntos de vista, a compartir buenas prácticas y a fortalecer los lazos de la familia lasaliana.
Porque, como reza la canción que se ha creado…
Somos la raíz que crece tierra adentro,
que se alarga hasta tocar el corazón
de toda la gente a la que falta aliento:
llama que desprende y da calor.
Y con esa fuerza crecen ramas hasta el cielo.
Forman parte de un árbol singular.
Brotes de todos los colores,
somos energía, energía gara.
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Creado: 18 Diciembre 2024
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Última actualización: 18 Diciembre 2024
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