Este pasado 20 de mayo, la comunidad de Hermanos de Palma se reunió en Lluc en una jornada de formación y confraternización con toda la vida consagrada de Mallorca. Los Hermanos Fidel, Miguel Gil, Joan, Juan Antonio, Sebastià, Ramón y Javier, junto con el Hermano Pepe Tomás, visitador auxiliar, pudieron disfrutar de un día que, a pesar de anunciarse lluvioso, dejó espacio para los momentos de reflexión y paseo entre actos.

La jornada comenzaba con una oración en la basílica de Nuestra Señora de Lluc, con la animación por parte del obispo Sebastià Taltavull y de la presidenta de la Confer Diocesana de Mallorca, Margalida Oliver.

La religiosa del Sagrado Corazón Llum Delàs fue la encargada de animar la reflexión del día, que trataba sobre sus vivencias en el campo de la intercongregacionalidad. Según Delàs, la intercongregacionalidad es un gran tesoro para los religiosos que trasladan su familia al mundo. Los inicios pasaron por compartir trabajos, proyectos, intentando aprender a servir y no mandar, e intentando abrir puertas para que los seglares respiren el aliento de los fundadores, compartiendo carismas y viviendo de forma que se pueda conocer su forma de entregarse y de cómo viven el amor. Según Delàs, esta sería la base de la renovación de la vida religiosa, no el cambio de mentalidad, que también, si no una conversión de vida en la que prime el amor entre las personas. Para ella, el grado de visibilidad pasa por lo que se anuncia como posible, no como seguro, porque si es seguro, los protagonistas son las personas, pero si posible, el protagonista es Él.

Una comida en Sa Fonda puso broche final a este encuentro de la Vida Consagrada de Mallorca. Los Hermanos de La Salle de Mallorca pudieron compartir un día especial y distinto con muchos religiosos y religiosas con los que normalmente no coinciden, pero con los que existen fuertes lazos de amistad y fraternidad.