Después de la intensidad con que vivimos la peregrinación por los lugares emblemáticos de La Salle, esta semana ha sido más corta por el puente de Todos los Santos. Retomamos la rutina de las clases en el Centro La Salle ARLEP y continuamos con la formación que estamos recibiendo y de la que nos estamos enriqueciendo.

En este caso le tocó el turno al Hermano Josean Villalabeitia, que nos habló sobre la respuesta de San Juan Bautista de La Salle a las necesidades de su tiempo. Solo estuvo con nosotros desde el miércoles por la tarde hasta el viernes por la mañana, pero la información y contenidos sobre el tema fueron muchos y muy interesantes.

Comenzó situándonos en la época del Fundador y haciéndonos caer en la cuenta de que La Salle fue muy receptivo a todas las iniciativas que por entonces estaban surgiendo y desarrollándose sobre la educación, recogiendo de ellas todo aquello que consideró más valioso y elaborando un proyecto muy sistemático al que incorporó aspectos también originales, consiguiendo un resultado de gran éxito a lo largo de todo este tiempo.

El siguiente paso que se nos propuso fue la explicación de la “Guía de las Escuelas Cristianas”, haciéndonos ver que se trata de una obra colectiva y comunitaria que iba redactándose y cambiando a raíz de la experiencia de ese grupo de personas en el mundo de la educación. Pudimos hacer una lectura de varias partes de este manual considerado un material muy importante para la pedagogía y comprobar su minuciosidad y detalle a la hora de indicar cómo se debe actuar en la educación de niños y jóvenes.

También trabajamos en torno a otra obra de La Salle, las “Reglas de cortesía y urbanidad cristiana”. Este libro, que tuvo un gran éxito de publicación, concebido inicialmente como libro de lectura en la escuela, nos resultó también muy interesante para comprender el interés fundamental del Fundador por la evangelización de los niños y jóvenes a través de la escuela, como pudimos comprobar en la lectura de varias páginas.

El grupo que de manera habitual asiste a San Egidio retomó el miércoles este compromiso. Lástima que las dos siguientes semanas no puedan participar, por distintos motivos.

Por fin Suso trajo la tan ansiada tarta de Santiago, y pudimos dar buena cuenta de ella, resultando como siempre deliciosa. Además, pudimos saborear las olivas de Andújar, gracias a Rafa, y otros productos. Ah, y seguimos dilucidando los grados de alcohol que tiene el aguardiente traído por Suso y elaborado por su madre. En breve daremos con el resultado.

El jueves al mediodía celebramos la eucaristía comunitaria retomando las motivaciones que habíamos plasmado en unas huellas de cartulina en la eucaristía de envío antes de la peregrinación lasaliana, para contrastarlas con lo vivido y experimentado en la misma.

CEL 2016