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juanantoniorivera04Este año he podido experimentar qué es eso de la incertidumbre viajera. Lo curioso del caso que entrado el mes de marzo llegué a saber las fechas y tener los billetes para una de las etapas: Homestead (Florida). Del 3 al 12 de Mayo. Me faltaba por conocer los datos de la etapa más larga: Madrid-La Habana-Madrid.  Y con una parte de etapa que debía ser anterior al 3 de Mayo.  Pasaban los días, pasaban las noches, y las fechas no llegaban. Pero nunca es tarde si la dicha llega. Y la dicha llegó en la segunda quincena de abril. Por un lado, supe que el 27 de abril era la partida y, por el otro, la llegada el 11 de Agosto. Se hizo paz en la espera. Punto y seguido.

juanantoniorivera02El vuelo Madrid-La Habana, fenomenal, menos el impasse en Barajas de la pérdida del cinturón al pasar por el control de equipajes. Un tiempecito de búsqueda y caso resuelto. A favor del tiempo hay una predisposición psicológica favorable, al menos para mí. Eso unido a dos películas que elegí para ver: El becario y Entre lobos, más algún que otro sudoku y alguna que otra cabezadita, interrumpidas por el almuerzo y la cena. Si a todo esto unimos la conversación con Amada, cubana de la provincia de Santa Clara afincada en Canarias, compañera de asiento, con su verbo fácil, fluido y ameno, las 9h 40m de vuelo se pasaron en un suspiro.

En la Comunidad conocí al nuevo director: Isaac, un hermano joven mexicano, director de la Comunidad y del Centro, nuevo en la plaza y a un hermano peruano, Luis Enrique, que se encontraba en La Habana arreglando su permiso de residencia ya que desde Agosto será el nuevo director de Santiago de Cuba. Los otros hermanos de la Comunidad son el H. Ramiro, ecuatoriano y excompañero en el CIL de Roma, David, un hermano joven cubano de votos temporales, y Hugo, otro hermano joven haitiano de votos perpetuos.

Los días en La Habana hasta mi partida para Homestead, transcurrieron con una serie de encuentros con los dos directores para tratar dos temas que lleva en cartera: uno elaborar un plan de formación lasaliana para el profesorado que en el caso de los Centros Cubanos tienen dos características muy diferenciales del resto de los profesores que conocemos: dan pocas horas semanales y no permanecen muchos años como bloque común de profesores. Esto al margen de su perfil de creencia y formación religiosa. El otro tema era iniciar un intercambio de impresiones sobre un Proyecto de desarrollo que con motivo del próximo Centenario de nuestra Casa de Griñón se va a conceder a La Salle-Cuba por la vinculación cubana de uno de los benefactores de aquella casa que fue D. José Espeliú

juanantoniorivera03Y casi sin darse uno cuenta llega el día 3, fecha de partida para el salto a Miami y Homestead. El día anterior lo pasamos la Comunidad en Varadero, la Meca del turismo cubano. Pude poner en práctica el consejo del antiguo oftalmólogo de la Plaza Manuel Becerra de Madrid: bañarme en las aguas del Caribe para que los ojos pudieran humedecerse bien. Para el viaje, como aún no hay vuelo directo a los Estados Unidos, me buscaron como el año pasado, la ruta que siempre genera comentarios mal pensantes por eso de los paraísos fiscales, tan de moda últimamente: Habana-Islas Caymán-Miami. Yo, tranquilo ¡A mí que me registren! El vivir en este Campamento de familias inmigrantes ya habla por sí solo. Y aquí está ubicado este Centro de S. Juan Bautista de La Salle que pronto cumplirá 25 años de vida. Fue una iniciativa de los antiguos alumnos de Cuba que poco a poco ha ido encontrando espacio y tutela en la red de centros del distrito de Antillas-México Sur. Atiende sobre todo a niños de 7 a 12 años de edad, en tareas de refuerzo escolar una vez acabada su jornada lectiva. Además, tienen otros programas de apoyo para jóvenes y padres, así como campamentos de verano.

El estudio sociológico que llevamos a cabo el curso 2014-2015 confirmó, en el área de este campamento, uno de los grandes problemas existentes entre la población inmigrante de los Estados Unidos, el fracaso escolar en la educación secundaria no universitaria (High School) debido a un abanico amplio de factores y con consecuencias muy negativas a nivel personal y social. Asimismo, el bajo nivel cultural de los padres y tutores, unidos a que la mayor parte de las personas que aquí viven no tienen la documentación de residencia en regla, hacen que estas personas sean como fantasmas con un bajo nivel de autoestima que les dificulta o imposibilita la relación personal con sus hijos y sus posibilidades de ayuda.

Con el fin de hacer un parón para analizar el presente y futuro de esta obra socioeducativa  tuvo lugar un encuentro los días 6 y 7 de Mayo en el S.E.P.I. (Instituto Pastoral del Sureste. Oficina Regional de los Obispos del Sureste de los Estados Unidos para el ministerio hispano), y que está animado por los Padres Escolapios. Este encuentro contó con la presencia del H. Martín Rocha, Visitador del Distrito Antillas-México Sur del que depende esta obra, aunque se encuentre en territorio norteamericano. Le acompañó el H. Rafa Cerón, delegado distrital de la MEL y un grupo de miembros del Board (Junta Directiva de la que depende más directamente el Centro para su funcionamiento directo). Mi cometido principal en este año en Homestead ha sido, precisamente, preparar y coordinar este encuentro, así como entregar al final de la semana siguiente una síntesis de lo tratado y una documentación complementaria. Con sus luces y sombras creo que estos dos días han sido positivos en sí mismos, aunque la gente es muy consciente del camino que queda por recorrer y que no será fácil. El tiempo hablará. 

juanantoniorivera01El domingo 15, Pentecostés, tomé de nuevo el vuelo desde Miami rumbo a La Habana para iniciar mi segunda etapa en esta nueva experiencia de ultramar. La escala en Cayman no planteó problemas ni hubo inspección de capitales. Todo estaba en regla. La “segunda entrada” en La Habana, fue más fácil de lo que yo preveía ya que tenía mis temores por el tipo de visado que llevaba que era “provisional” ya que el que necesitaba no me había llegado aún de la capital cubana.

H. Juan A. Rivera